lunes, 22 de marzo de 2010

..sobre fondo gris.



Ninguno de los dos era sincero pero lo fingíamos y ambos aceptábamos, de antemano, la situación. Pero las más de las veces, callábamos. Nos bastaba con mirarnos y sabernos. Nada nos importaban los silencios. Estábamos juntos y era suficiente. Cuando ella se fue todavía lo vi más claro: aquellas sobremesas sin palabras, aquellas miradas sin proyecto, sin esperar grandes cosas de la vida eran sencillamente la felicidad. Yo buscaba en la cabeza temas de conversación que pudieran interesarle, pero me sucedía lo mismo que ante el lienzo en blanco: no se me ocurría nada. A mayor empeño, mayor ofuscación. Se lo expliqué una mañana que, como de costumbre, caminábamos cogidos de la mano: ¿Qué vamos a decirnos? Me siento feliz así, respondió ella.



-Miguel Delibes.

martes, 16 de marzo de 2010

y, de repente, fue ayer.



Cuando se despertó,
no recordaba nada de la noche anterior;
"demasiadas cervezas", dijo, al ver mi cabeza
al lado de la suya, en la almohada.

Y la besé otra vez,
pero ya no era ayer, sino mañana.

miércoles, 3 de marzo de 2010

YA NUNCA ES POR AMOR.


Al infierno se va por atajos, jeringas, recetas.
Ayer, hecha un pingajo, me dijo en el tigre de un bar:
-¿Dónde está la canción que me hiciste cuando eras poeta?
+Terminaba tan triste que nunca la pude empezar.

Por esos labios, que sabían a puchero de pensiones inmundas,
habría matado yo, que, cuando me muero ya nunca es por amor.